Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un https://geraldugxk791698.ezblogz.com/70123180/qué-declaró-zidane-después-del-cabezazo